Este proyecto fotográfico comenzó de pronto y sin darme cuenta.
Como el insomnio.
Los humanos no podemos, a veces, cortar ese hilo invisible que separa la rutina del descanso. Cuando eso ocurre, la noche se convierte en un territorio de historias íntimas, en un conjunto de horas que corren muy despacio. Puedes leer, escuchar música, terminar ese trabajo en el ordenador, hacerte una infusión, tumbarte en el sofá...pero tardas en poder descansar.
Enciendes una sola luz que alumbra tu mala suerte esa noche, una luz que cobija un acto...el de suspirar por tener sueño. Y te das cuenta que tu luz puede ser fría o cálida, no sabes por qué la has elegido así. La habitación que decides alumbrar tiene una ventana o un balcón con formas geométricas, unas que "esculpen" la noche de manera diferente. Os traigo la hermosura de la noche insomne, un mosaico lumínico de sueños lentos, una sinfonía de suspiros rotos.
Cuando caminen o, simplemente se asomen a sus ventanas o balcones en mitad de la noche, miren hacia todos los lados. Quizás, alguien también, esté con ganas de soñar. Esté con insomnio, un proyecto fotográfico que ha durado muchas noches y que seguirá durando (y creciendo)
Vuelvan pronto, son bienvenidos.
Ha sido todo un placer verlo. Saludos