Estamos rodeados de fotografías por hacer, por descubrir, por sentir como mágicas y diferentes. Solamente hace falta mirar en el momento justo. Como, por ejemplo, dejar que el sol incida en un objeto y jugar con la sombra que proyecta.  

Buscar charcos que, después de una noche de lluvia, se han creado al azar también es una idea estupenda. Ningún charco es igual a otro, ninguno refleja lo que otro hace. Depende mucho de cómo te sitúes para poder visualizar una cosa u otra. Lo mismo ocurre con las ventanas, los cristales, sus reflejos proyectados al exterior. Estás "jugando" con el azar de los encuadres.

La luz que se refleja en un árbol también es diferente dependiendo del momento del día en que observes. Jugar con pompas de jabón, sentir el reflejo de los colores en cada una de ellas. Notar cómo el volumen en cada una de ellas es diferente y crea una textura rica en colorido.

Capturar el paralelismo creado por el azar de la luz, los reflejos es un juego fotográfico que da para muchos carretes. Son dos mundos diferentes recogidos en un mismo instante. Fotografías que, si tú no has estado pendiente, las has perdido. Para hacer este tipo de fotografías debes tener tiempo, para buscar. Para sentir qué fotografía debe ser disparada. Cómo inciden los rayos de sol en una ventana y notar cómo proyectan sombras que dan otro sentido visualmente al observador.

Aquí os muestro algunas de las fotografías que hice con la Nikon F301 y un carrete Fujifilm 200 que revelé en casa. Fotografías que hice en exterior y también en interior, buscando el efecto que las luces, sombras y reflejos crea. 

Algunas de ellas son tomadas de los reflejos de las ventanas de edificios o de coches aparcados.

Y es que, muchas veces, no todo es lo que parece. Es fruto de nuestra imaginación...

Vuelvan pronto, son bienvenidos.